
Tras su paso en el Culinary Institute of America en Hyde Park de Nueva York Achatz se incoporó durante cinco años en el maravilloso French Laundry, en Yountville, Napa Valley, a cargo de Thomas Keller llegando a viajar incluso hasta Roses, en Girona, para empaparse durante algún tiempo en El Bulli de la filosofía creativa y vanguardista de Ferran Adriá.
En el 2005 abre por su cuenta el Alinea en North Halsted Street, la calle principal de un barrio residencial que sobrevivió al incendio de 1871, a pocos pasos de los clubes blueseros. Alinea se convirtió, en apenas cinco años, en el indiscutible hype gastronómico de la ciudad y una dirección de referencia internacional en lo que se refiere a cocina de vanguardia; siendo hoy en día considerado el sexto mejor restaurante del mundo.
El restaurante tiene un comedor repartido entre la planta baja y el primer piso donde sus comensales disfrutan de un menú degustación de hasta 26 platos, que suelen llegar a la mesa dentro de alguno de los 20 accesorios que el diseñador de origen checo Martin Kastner ha creado para Grant. "Este es uno de los restaurantes más inusuales, provocativos, ambiciosos y entretenidos del país", ha escrito sobre él Pete Wells en Food & Wine.
Considerado un gran luchador tras salir victorioso de un cáncer de lengua que le dejó sin el sentido del gusto, aunque sigue creando platós gracias a su desarrollado olfato y el paladar de sus colaboradores.
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