miércoles, 6 de julio de 2011

Alex Atala



Este brasileño está considerado como el Ferran Adriá sudamericano por su capacidad de innovar a la hora de elaborar sus platos. Su cocina combina sabores exóticos y un alto nivel de creatividad en Brasil; un país que, aunque sin demasiada historia gastronómica, está comenzando a destacar por su alta cocina con este aclamado 'chef' a la cabeza.

Nacido en Sao Paulo en 1968, Alex Atala es cuando menos un jefe de cocina "sui generis". Básicamente autodidacta, puesto que no ha tenido ninguna influencia gastronómica ni de su familia ni de sus amigos más próximos, sus aficiones juveniles consistían en explorar lugares
desconocidos para él, viajar y conocer el mundo, principalmente Europa. Inconformista y rebelde, le gustaba la música, incluso llegó a ser "disc jockey". Por influencia familiar es
además un apasionado de la caza y la pesca. Su espíritu aventurero y unos pequeños ahorros, le llevaron con 18 años de viaje a Europa. Recorrió Italia, Francia, Suiza y Alemania.

Al llegar a Bélgica se sintió acogido por este país, que le proporcionó algunos amigos y trabajo. Durante aproximadamente seis meses fue pintor de paredes, pero al expirar su permiso de turista en el país , se matriculó en el curso que juzgó más adecuado para él, en la Escuela de Hostelería de Namur. Al acabar el curso, Alex fue invitado a trabajar en un pequeño bistrot de la región de Namur.
Poco más tarde fue reclamado para trabajar en el restaurante con tres estrellas
Michelín "Bruneau", de Bruselas, donde perfeccionó los principios básicos de la cocina clásica de alto nivel y aprendió que la cocina es una mezcla de técnica, ciencia, verdad y
arte.
En 1990 sale del Bruneau para adquirir más experiencia en Francia e Italia, y se ubica en Milán, donde trabaja en varios restaurantes tradicionales. De vuelta a Brasil en 1994, le ofrecen un
puesto de segundo chef en el restaurante "Filomena", donde trabaja cuatro años, prosigue su trabajo en el restaurante "72", donde finalmente ejerce de chef.
Pasado un año, abre su propio restaurante "Namesa", un bistrot que mezcla cocina sencilla y sandwiches bastante sofisticados.
El éxito es inmediato y en 1999 inicia su gran aventura con el "D.O.M.", su restaurante, donde actúa como chef propietario, del que me se podría afirmar que es el mejor restaurante
de la ciudad de Sao Paulo y, probablemente, del país.

Fue el primer latinoamericano invitado a dar clases en Le Cordon Bleu de París; además, ha viajado varias veces por las tierras del Amazonas, donde ha adquirido un gran conocimiento de ingredientes; un conocimiento que le ha llevado a conseguir una enorme sabiduría a la hora de mezclarlos con otros muchos productos del país carioca. Una acertada fusión que ha obtenido el beneplácito de los cosmopolitas habitantes de una ciudad como São Paulo.

1 comentario:

  1. Dile a tu amigo, el cocinero brasileiro, que me ponga una caipirinha.

    Moito obrigado.

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