Yves Mattagne se relacionó desde su más tierna infancia al mundo de la gastronomía gracias a sus veranos pasados en la costa belga en casa de su tía que regentaba un hotel.
En su casa su madre le dejaba ayudar en la cocina e incluso preparar algunos menús familiares, Yves recuerda como dueños de un pequeño huerto trabajaba las verduras en las viejas cocinas que aún funcionaban con carbón y leña.
A los 16 años ya tenía claro que su destino estaría ligado a la cocina, entrado a trabajar en la cadena Hilton, donde pudo colaborar con otros cocineros indios, japoneses, thailandeses…
Después de esta experiencia se traslada a Londres y a Paris donde empieza a trabajar junto a Jacques Divellec, un reputado cocinero especialista en productos del mar.
A partir de esa experiencia abre en 1990 el restaurante Seagrill en la Plaza Mayor de Bruselas, convirtiendo rápidamente su restaurante en un dos estrellas Michelin.
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